las artes plásticas jujeñas (1876-1967) – Parte III

 “Las condiciones en que se desenvuelve la Escuela (Provincial de Artes Plásticas de Jujuy), en verdad que no son ideales, a semejanza del Taller Libre, muchas son las dificultades que se han debido subsanar a fuerza de buena voluntad y privaciones de toda índole pero su éxito ha sido evidente y, en estos momentos, es considerada como una de las mejores del país.”

Luis Pellegrini, 1967.
(Viene de Pregón del 3. 11. 85)

(Imagen: Pregón, 1985)

Continuamos difundiendo el exhaustivo trabajo realizado por el pintor y docente Luis Pellegrini, presentado en el diario Pregón en 1985. En esta entrega, hace énfasis en la creación de la Escuela Provincial de Artes Plásticas –hoy llamada «Medardo Pantoja» en homenaje a su primer director–, como continuación del Taller Libre de Dibujo y Pintura de San Salvador de Jujuy. La enseñanza del arte a través de la modalidad Talleres Libres se continuó en los Talleres –tal vez menos recordados– de San Pedro, Tilcara y, más adelante, de Chucalezna. Asimismo, enumera los diferentes organismos que devinieron en la entonces flamante Dirección Provincial de Cultura. Finalmente, honra a organismos tales como las Bibliotecas Populares de Jujuy y Humahuaca, diversas asociaciones culturales, el Museo «Terry» y la Sociedad de Artistas Plásticos, en su rol determinante para la promoción de las artes plásticas en Jujuy. De su relato se extrae un compendio de los artistas plásticos locales y foráneos, pioneros en la cultura de Jujuy.

Abuela y nieta, por José Antonio Terry, 1921, Tilcara. Óleo sobre tela (1,01 x 0,85 m); marco en madera de cardón. Obra adquirida por el Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid en 1924. Imagen tomada por Diego Forero (Pregón, 1985).

LAS ESCUELAS

No puede pasar desapercibida la importancia del papel que cumplen las escuelas en la divulgación del sentido artístico y en la formación de los futuros maestros y artistas, son ellas las que desbrozan el camino y allanan las dificultades, lo demás es obra de la inteligencia y la predisposición plástica de cada uno.

EL TALLER LIBRE

El Taller Libre de Dibujo y Pintura fue creado en el año 1949, los intentos esporádicos de despertar vocaciones tienen aquí la primera oportunidad para manifestarse y el primer intento serio. Enseñarán para entonces en sus aulas los siguientes profesores: srta. Carolina Álvarez Prado, Félix de Balois Leaño (sic), Jesús Américo Alderete, Antonio Fernández Otero y Miguel Lozano Muñoz. Sus nueve años de existencia, con inseguridad y escasos medios será el precio que se pague a la incomprensión del momento, pero se está preparando la semilla para el gran salto.

LA ESCUELA PROVINCIAL DE ARTES PLÁSTICAS

A comienzos del año 1958, es creada la Escuela Provincial de Artes Plásticas de Jujuy, formada sobre la base del Taller Libre todavía existente; se comenzará con la habilitación de un primer y segundo año y un plan basado en las mejores experiencias del momento adaptadas al medio local. Integrarán el cuerpo de profesores, teniendo como director al sr. Medardo Pantoja, Luis Pellegrini, Nicasio Fernández Mar, Jorge A. Gnecco, Eolo Pons y la sta. Leonor Moscarda.

A medida que va creciendo se irán incorporando a esta lista inicial, los profesores que siguen ocupando sus cátedras en el Taller Libre, hasta la virtual desaparición de éste, más los nuevos que también se agregan. A fines del año 1960 la escuela tiene los primeros egresados y, de inmediato, se procede a crear cursos de perfeccionamiento de Pintura, Escultura y Grabado.

En el año 1965 se producen cambios en el plan de estudios, adoptando el que está en vigencia en las Escuelas «Manuel Belgrano» y «Prilidiano Pueyrredón» de Buenos Aires, ambas nacionales. En la actualidad, la Escuela Provincial de Artes Plásticas cuenta con más de cien alumnos y asciende a veinte su plantel de profesores.

Las condiciones en que se desenvuelve la escuela, en verdad que no son ideales, a semejanza del Taller Libre, muchas son las dificultades que se han debido subsanar a fuerza de buena voluntad y privaciones de toda índole pero su éxito ha sido evidente, en estos momentos es considerada como una de las mejores del país.

EL TALLER LIBRE DE SAN PEDRO

Fundado en el año 1958, fue su primera profesora directora la srta. Ofelia Bertolotto, continuando en el cargo posteriormente el prof. Claudio Samos y por último la srta. Julia Leaño, quién continuó al frente del mismo hasta su disolución en 1962.

EL TALLER LIBRE DE TILCARA

El Taller Libre de San Pedro y posteriormente el de Tilcara, fueron creados por iniciativa del entonces director de la Escuela Provincial de Artes Plásticas, prof. Medardo Pantoja, estando a cargo del mismo el prof. Salvador Benjuya. Tuvo lugar su iniciación en el año 1958, hasta su disolución en el año 1959.

A pesar de no ser del tipo de Escuelas Especializadas como las nombradas, anotaremos aquí la obra realizada con gran sentido de inquietudes y nociones artísticas dado que en sus aulas enseñaron excelentes artistas plásticos como Sabogal, Montero, etc. y en la actualidad plásticos de reconocido prestigio de la Escuela Normal Mixta «Juan Ignacio Gorriti» y del Colegio Nacional «Teodoro Sánchez de Bustamante» de esta ciudad.

LOS FOCOS DE EXPANSIÓN

LA BIBLIOTECA POPULAR DE JUJUY

La Biblioteca Popular de Jujuy, fundada en el año 1899, desarrolló siempre una importante obra cultural donde también las artes plásticas tenían su lugar. Perdidas las actas de sus primeros años, ya que sólo se tienen datos concretos a partir del año 1930, se recuerda por 1915 un Curso de Dibujo y Pintura a cargo del sr. Franciscovich, de su nombre no queda testimonio alguno; se le reconocía como un excelente pintor, de muy buen oficio, por sus clases pasaron muchos jujeños de entonces quienes fueron sus discípulos.

(La Biblioteca) Editaba también la revista «Letras», cuyo primer número apareció en el año 1905 y en la que tuvieron cabida las actividades plásticas de entonces, ilustrando sus páginas G. Buitrago, R. Cardozo, L. Pereyra, C. A. Prado, etc.

Ya en el año 1958, habilita una Sala para exposiciones sobre la calle Belgrano, de fecunda actividad, prácticamente la única dedicada a esos fines y cuando las necesidades lo requirieron, habilitó al público los salones de la Biblioteca para auspiciar las exposiciones rotativas del Salón Nacional, la gran muestra con reproducciones de cuadros de los maestros impresionistas presentada por la Embajada Francesa, fue en homenaje al pintor José A. Terry, además, realizó exposiciones anuales de la Escuela Prov. de Artes Plásticas y diversas actividades más.

Catálogo de la muestra organizada por la Embajada de Francia en la BPJ, 1960 (Archivo personal veromendo)

En la actualidad, la Biblioteca Popular de Jujuy, rodeada por el cariño y estímulo de la población sigue desarrollando una amplia divulgación cultural.

LA COMISIÓN PROVINCIAL DE BELLAS ARTES

Anexa al Consejo Provincial de Educación, la Comisión Provincial de Bellas Artes fue fundada en el año 1936, cumpliendo en su momento una amplia tarea cultural. Esta Comisión fue presidida por el sr. Dámaso Salmoral, teniendo como secretario al sr. Mario R. Pellegrini y asesores vocales a la srta. Carolina Álvarez Prado en Escultura y al sr. Francisco Ramoneda en Pintura.

LA DIRECCIÓN PROVINCIAL DE TURISMO

Justo es consignar la importante labor de divulgación plástica realizada en todo momento por la Dirección Provincial de Turismo. Su local de calle Belgrano cobijó siempre a los plásticos y entidades locales, como así a los que desde otros puntos del país llegaban hasta Jujuy, no sólo con el ánimo predispuesto al conocimiento, sino también a mostrar sus trabajos estableciendo de esta manera puntos de contacto y referencia.

Si bien su actividad se limitó solamente al aspecto expositivo y su radio de acción quedaba circunscripto casi exclusivamente al turista, a través de la radio y la prensa locales, su trabajo de difusión cultural llegó hasta el público de S. S. de Jujuy interesado en estas manifestaciones.

AGRUPACIÓN CULTURAL RENACIMIENTO

La Agrupación Cultural Renacimiento fue fundada en el año 1938, con la finalidad de propender al de­sarrollo de las ciencias, letras y artes. Desde enton­ces que viene cumpliendo esta tarea, convirtiéndose en un foco permanente de inquietudes artísticas don­de las artes plásticas juegan un papel descollante. Por sus filas pasaron importantes figuras del quehacer cultural jujeño y de la actividad artística na­cional.

LA SOCIEDAD DE ARTISTAS PLÁSTICOS DE JUJUY

Dado el auge que toman en Jujuy las artes plásti­cas a partir del año 1958 debido a la creación de la Es­cuela Provincial de esta disciplina y el consiguiente flujo de pintores que empezaron a llegar desde enton­ces, por iniciativa de los pintores F. Leaño, Américo Alderete, J. Gnecco y L. Pellegrini se propone la cre­ación de una sociedad con fines culturales y de de­fensa de sus intereses gremiales. Reunidos el 31 de julio de 1959, queda fundada ésta con el nombre de «Sociedad de Artistas Plásticos de Jujuy«.

A partir de entonces se promueven una serie de ac­tividades que servirán como importantes medios de divulgación y comunicación: exposiciones de sus asociados, muestra anual societaria denominada «Salón de Primavera«, edición del Boletín Informati­vo «Norte«, donación a la Comisión Provincial de Cul­tura de una muestra de grabadores argentinos. Salón del Poema Ilustrado y una gran actividad dentro de los tópicos que le son afines y que la convierten en su momento en uno de los centros de mayor ra­diación cultural.

REVISTA DE LETRAS «TARJA«

Portada de la revista Tarja Nº 7 (Archivo personal veromendo.)

Notable desde todo punto de vista la valiosa tarea cultural emprendida por la revista literaria «Tarja» a partir del año 1955. No sólo la presencia en sus pági­nas de las manifestaciones más importantes de la plástica nacional como son los nombres de los pintores L. Spilimbergo, J. C. Castagnino, E. Policastro, M. Pantoja, E. Pons, J. Gnecco, C. Torrallardona, V. Rebuffo, R. Soldi, G. Chale, P. Audivert, A. R. Vigo, C. Alonso, etc., sino, el auspicio y organización de muestras de los plásticos nombrados como asimismo de jujeños efectuadas en salas de la ciudad.

A este esfuerzo se deben también diversas exposi­ciones de grabadores argentinos y una muy impor­tante sobre arte mural, la primera de este género re­alizada en Jujuy. Sus dieciséis números publicados y sus cinco años de vida constituyen un valioso aporte cultural que le significó un importante lugar de privilegio entre las revistas literarias del país y desde el punto de vista de la plástica, una apertura extraordinaria hacia nuevas manifestaciones.

LA ASOCIACIÓN AMIGOS DE TILCARA

Es una entidad civil con Personería Jurídica, fundada en enero de 1957 siendo su finalidad principal promover el desarrollo cultural en su zona de influencia. Tiene sede propia y una residencia para artistas, estudiosos y asociados que pueden ser alojados según la reglamentación vigente. Recibe apoyo económico y moral del Gobierno de la Provincia y del Fondo Nacional de las Artes, lo que particularmente le ha permitido acrecentar su acervo. Posee un salón de actos para reuniones de carácter cultural que es facilitado sin cargo a instituciones locales sin finalidades comerciales.

Su festival llamado «Enero Tilcareño» es ya tradicional y tiene lugar a mediados de dicho mes en cuya oportunidad organiza distintos actos culturales, folklóricos y deportivos que se realizan con auspicios de autoridades nacionales, provinciales y entidades particulares.

Su labor de difusión artística ha sido importante contando con el apoyo de los plásticos de todo el país.

MUSEO REGIONAL DE PINTURA «JOSÉ A. TERRY»

Este museo, dependiente de la Subsecretaría de Estado de Cultura de la Nación, tiene como base una buena parte de la obra del artista cuyo nombre lleva, el que fue adquirido juntamente con su casa-atelier por el Estado Nacional que tornó posesión del mismo en 1958, habilitándose, primero en forma precaria en 1964, y luego definitivamente en 1966. La casa fue remodelada y refaccionada por la Dirección Nacional de ArquitecturaDivisión Jujuy.

Cuatro salas muestran la obra del pintor Terry y una quinta está destinada a exposiciones de invitados, preferentemente aquellos residentes en la zona.

En este sentido se han realizado muestras pictóricas de excelente jerarquía, que han sido expuestas en el ámbito Noroeste de la provincia, efectuando así, una divulgación cultural de suma importancia, obra exclusiva de su director, don Leonardo Pereyra.

LA BIBLIOTECA POPULAR «BARTOLOMÉ MITRE» (HUMAHUACA)

La Biblioteca Popular «Bartolomé Mitre» fue fundada en el año 1906. Desde entonces, aunque esporádicamente debido a las dificultades provocadas por el aislamiento y la distancia, desarrolló dentro de sus posibilidades, actividades culturales plásticas. En su local se expusieron obras de plásticos inte­resados en mostrar sus obras, y recibió también la contribución de los incipientes aficionados locales, llevando de esta manera nuevas inquietudes a la progresista población local.

Lucio Acosta Cerra, óleo. Reproducción del catálo­go de muestra retrospectiva homenaje a sus 35 años de labor plástica (Pregón, 1985).

LA DIRECCIÓN PROVINCIAL DE CULTURA

Denominada en sus comienzos como Instituto Provincial de Bellas Artes (Ley N° 1725, 30 de diciembre de 1946), luego, Comisión Provincial de Cultura (Ley 1936, 10 de enero de 1949) y, posterior­mente, Instituto Provincial de Arte y Cultura (Ley N° 2505, 1959) hasta llegar a la actual Dirección Pro­vincial de Cultura (Decreto Ley N° 11, 26 de enero de 1966).

Como organismo oficial dispone de mayores recur­sos que las instituciones particulares, pero resulta evidente que las partidas que se le otorgan sólo satis­facen las necesidades más elementales y, en esta for­ma, su radio de acción se circunscribe a la capital y localidades más importantes. El centralismo ya apuntado de Buenos Aires con respecto a las provincias, se repite aquí con San Salvador de Jujuy y sus pueblos del inte­rior.

Claro está entonces que no sólo es necesario un amplio incremento financiero para poder encarar una obra cultural profunda, sino tam­bién de un estudio exhaustivo de la labor a de­sarrollar, plan en el que deberían participar con su ex­periencia las instituciones particulares y los grupos de intelectuales, poetas, músicos, escritores, plásti­cos, danzarines o gente de teatro, pues ellos son los que realizan la cultura, o las instituciones las difusoras de esta cultura.

Hasta el presente la labor artística fue realizada ge­neralmente a base de sacrificio, en horas robadas al descanso y subordinadas a otros menesteres incom­patibles casi siempre con la vocación, con la sola finalidad de ganarse la vida, en esta forma el desarrollo cultural es lento, y precario el resultado.

Es condición fundamental colocar al hombre que trabaja en la cultura en las mejores condiciones, tan­to económicas, espirituales, de desarrollo o de tiempo, pues hasta el presente la creación artística ha sido en su totalidad obra del esfuerzo del artista. Ahora, si queremos conseguir un resultado concreto de tanto esfuerzo del que solo se aprovecha una pequeña par­te, valga la comparación, debemos cambiar el arado de palo por un tractor.

UBICACIÓN DE LAS TENDENCIAS

Trataremos de reflejar someramente el desarrollo de las distintas tendencias que fueron apareciendo en nuestro medio. Ya dijimos que los primeros plásti­cos que visitaron y se radicaron esporádicamente en Jujuy, fueron extranjeros; podemos citar entonces a D. Santibáñez, F. Villar, O. Lara, A. Villalba Muñoz, P. Boggio, J. Pelaez, J. Martorell y, posteriormente Jo­sé Pellegrini, Franciscovich, P. Sabogal (sic), F. Ramoneda, J. Luscher, etc. Casi todos ellos formados en el extranjero, sobre todo en las academias de Italia y España. Traen la modalidad imperante entonces en esos medios basada en un acentuado naturalismo, junto con el fuerte predominio que configura a la pin­tura de caracteres.

LOS PLÁSTICOS NACIONALES Y LOCALES

Paralelamente a esta etapa se perfila ya la de los pintores nacionales y como consecuencia de ello los plásticos locales que para entonces estudiaban en Buenos Aires. Son entre los primeros: María A. Buitrago, E. Soto Avendaño, J. Bermúdez, A. Montero y entre los jujeños: G. Buitrago, J. R. Cardozo, J. Armanini, L. Rodríguez Pérez y Carolina Álvarez Prado a los que se agregarán pocos años más tarde M. Lozano Muñoz, F. de Balois Léaños, M. Pantoja, J. Valle y los pintores J. A. Alderete y A. Fernández Otero que para entonces se radican en nuestra provincia participan­do de su quehacer artístico

Si bien es cierto que esta etapa adolece de cierto eclecticismo, no lo es menos y es importante subrayarlo, se va manifestando y luego acentuando la tendencia hacia los temas de costumbre y paisaje lo­cal que tanto contribuirán al conocimiento de estos lugares geográficamente tan alejados de las grandes ciudades.

EL CRECIMIENTO

En el año 1957, después de la creación del Taller Libre de Pintura y junto con la creación de la Escuela Provincial de Artes Plásticas, nótese la presencia de una serie de plásticos que para entonces se radican en Jujuy. Se registra entonces un gran ascenso en el quehacer artístico. A partir de este momento se su­man a los plásticos locales, Gustavo Lara Torres, Le­onor Moscarda, Luis Pellegrini, Eolo Pons, J. A. Gnecco. Estos cuatro últimos pintores, ligados por afinida­des conceptuales derivadas de la enseñanza del maestro Lino E. Spilimbergo, trae una inquietud renova­dora y una línea constructivista con derivaciones cu­bistas que aplican a la enseñanza y forman con N. Fernández Mar (escultor hasta entonces residente en Humahuaca) el grupo inicial que tendrá a su cargo la formación de la Escuela Provincial de Artes Plásticas. Medardo Pantoja, quien hasta entonces residía en Tilcara, baja a Jujuy para hacerse cargo de la incipien­te escuela.

(Continúa en la próxima sección)

Referencias

las artes plásticas jujeñas (1876-1967)

«Sólo podrá esperarse una nueva valorización cultural cuando se establezca un ordenamiento armónico de la sociedad y de la vida del hombre, el hombre como elemento trasmisor de vida y creador de nuevas formas, las no dadas por la naturaleza.«

Luis Pellegrini. Pregón Edición Dominical (03-11-1985)

Este artículo del diario Pregón de Jujuy, trae al presente aspectos de la historia de la cultura de Jujuy que merecen ser revisitados.

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LAS ARTES PLÁSTICAS JUJEÑAS (1876-1967), fue redactada por el artista LUIS PELLEGRINI, luego de una lenta búsqueda y valoración, realizada acaso por primera vez en la provincia. El trabajo – tal como se verá en las entregas que iremos publicando- consta de un estudio acerca de las escuelas plásticas, los focos de expresión, ubicación de las tendencias, bibliografía y biografías de los artistas, las que incluimos hacia el final y por orden alfabético.

En el libro «Síntesis de la Historia de la Cultura de Jujuy» (ediciones Culturales NOA, Dirección Provincial de Cultura, año 1977), cuya autora es la profesora y artista Delia Gómez Rubio (D.G.R.), para la ocasión Coordinadora del NOA Cultural se han tomado algunos datos de esta obra de Luis Pellegrini, ya que ella constituyó la monografía sobre Artes Plásticas que integraba la Historia de la Cultura en Jujuy, su aporte a la Historia de la Cultura en el NOA.

El trabajo de Pellegrini abarca desde los orígenes de la plástica en la provincia pero sólo llega al año 1967 (la reseña de D.G.R., fue publicada 10 años después). Quiere decir que existen casi 20 años de actividad plástica en Jujuy que no están registrados, además de la actividad que cada artista pudo haber desarrollado en ese lapso (sin puntualizar la desaparición física de algunos de ellos y el advenimiento de nuevas promociones). Ninguno de estos datos es nuestro propósito actualizar, ya que tal cosa nos llevaría hacia un terreno que no nos corresponde. Tan sólo queremos reproducir fielmente, respetando punto por punto, el trabajo de este pintor, modelo de artista y también, para este caso, de compilador y ordenador en una disciplina (la historia) que aunque no fue la suya, incursionó con la misma probidad que en su labor creadora. ng.*

Luis Pellegrini en su taller (Pregón, 1985)

A partir de las primeras décadas del siglo XIX, desaparecía lentamente la escuela artística que alcanzó gran auge en el Alto Perú, Córdoba, y las misiones jesuíticas. Quedan entonces y aparecen los aficionados, herederos en cierta manera de los primitivos artesanos e imagineros, refugiados todavía en la pintura religiosa,1 que satisfacen las escasas necesidades de una población compuesta por un puñado de miles de habitantes.2

Poco a poco, desaparecida en parte la inquietud por los temas religiosos superados por el lujo barroco saturado de sensualismo que abría nuevas posibilidades a la expresión artística y traspasada ya la etapa del Neoclasicismo, se desemboca a mediados del siglo XIX en los comienzos del Romanticismo, que perdurará en nuestro país hasta el primer cuarto del presente.

Necesario resulta consignar la situación imperante en el Norte Argentino después del siglo XVIII. Los centros culturales más importantes para entonces los componían la tríada formada por las ciudades de Lima, Potosí y Charcas (hoy Sucre), sobre todo esta última donde tantos de nuestros próceres y prohombres jujeños formaron su cultura: Mariano Gordaliza, Escolástico Zegada, Teodoro Sánchez de Bustamante, etc.3

Por esa época, Buenos Aires no dejaba de ser más que un incipiente puerto comercial trabado en su desarrollo por los monopolistas españoles, y la ruta del norte ejercía todavía su influencia sobre estas zonas ligadas a Jujuy por lazos de sangre y afinidad.

Paulatinamente fueron apareciendo los artistas viajeros, extranjeros todos ellos que impresionados por las costumbres y características de nuestras gentes del interior, se arriesgaban por estos lugares. Contamos entre ellos ya a fines del siglo XVIII a Martín de Petris y posteriormente a John Miers, Rugendas, Carlson, Grashof, Methfessel, Vidal, Palliere, etc (**). que si bien establecido está, de una o de otra manera realizaron una obra representativa, no es menos cierto que ésta, valiosa desde todo punto de vista no gravitó mayormente en la formación y el gusto estético de las regiones frecuentadas; posteriormente, ya en los últimos cuarenta años, sucederá lo mismo con la enorme cantidad de pintores que pasan por la provincia atraídos por sus bellezas naturales y el fuerte tipismo de sus gentes. Pasan y se van, sus obras, por los motivos apuntados, no influyen en el medio, este sigue en lo fundamental, incomunicado y sin contactos con otros pueblos, otras culturas y otras experiencias más avanzadas que provoquen una toma de conciencia más lúcida, tanto de nuestros propios valores como de nuestras limitaciones, por lo tanto también de una mentalidad más abierta puesta en evidencia por una ruptura de lo provinciano en sus aspectos más negativos.

Jujuy seguirá aislada,4 situación ésta que se hará sentir hasta nuestros días. Lejos de Charcas que hace mucho tiempo ha perdido su influencia, lejos de Buenos Aires, todo confluye para que los artistas no arriesguen emprender estos viajes que de por sí constituyen toda una aventura; las luchas de la Independencia primero y las de la Organización Nacional después, no contribuyeron por supuesto a un mejoramiento de la situación planteada.

Es evidente que aquí en nuestro ámbito puede ser observada una continuidad en el tiempo de una cultura popular con fisonomía propia, uno de cuyos matices más expresivos lo constituye el rico acervo folklórico que poseemos; música y canciones que hablan con harta elocuencia de ello, música y cancionero conservados por la tradición oral, amasados en cientos de años y formando parte de su creación y su vida.

No es menos cierto que Jujuy tiene ricos antecedentes artísticos pero esto no supone que tengamos una tradición cultural propia, es por ello que estas manifestaciones culturales se nos aparecen como motivos aislados, sin proyectarse en el tiempo y sin constituirse como parte de una continuidad, como una unidad afirmada sobre razones materiales y morales fundamentales enraizadas. Nuestro pasado se desarrolla a través de una serie de frustraciones; aniquilada la cultura india que había alcanzado en América distintos grados de progreso y diferentes niveles cualitativos, el conquistador introduce el estilo arquitectural imperante en España, el Barroco, derivado del plateresco de comienzos del siglo XVI y al que José Churriguera dará su nombre sin ser el iniciador ni el que le lleve a mayor grado de fantasía. Cuando el estilo, que venía sufriendo diversas modificaciones debidas al aporte indígena, asumía características propias que importaban toda una definición, el país se ve penetrado por un nuevo proceso provocado por la inmigración cosmopolita que no dejará lugar a la sedimentación ni a la continuidad de lo ya iniciado como para dar comienzo a una historia local.

No siempre ha merecido el arte mestizo derivado de la conjunción Indo-Española y al que tanto Ricardo Rojas como Ángel Guido denominaron EURINDIA, la atención pertinente a pesar de que muchos son los que trataron el tema, tanto por su importancia artística como sociológica. Por demás interesante es la opinión que al respecto apunta el escritor Bernardo Canal Feijoó: «Donde se pretende señalarme una manifestación concreta y objetiva del espíritu mestizo, solo veo una imposición, una superposición a base de un aprovechamiento circunstancial en vetas utilitarias y casuales, sin rigor estilístico alguno, un apareamiento estéril y frío, una mera dominación sobre una mera servidumbre… el primero reviste un presente que el segundo no ha asumido aún, que no asumirá ya nunca».

Los siglos de cultura que separan al indio del conquistador se convierten en un argumento de mucho peso pero, cuando vemos penetrar al indio con una caladura tan honda dentro del Barroco al punto que no sería dudoso atribuirle a éste lo «dominante», y lo «recesivo» al hispánico, las dudas equilibran los platillos y dejan el espacio abierto al interrogante.

Posteriormente, en la escena de nuestra historia, aparecerá el trasplante inmigratorio, un nuevo factor. Es evidente que la masa inmigratoria corrida de Europa por las crisis económicas, aflora y se desarrolla sobre el aspecto económico del «llegar a tener», de «poseer», dejando de lado, lógicamente, por imposición de lo material, las preocupaciones culturales, y este factor gravitará de tal forma en la composición demográfica que desde este momento no podrá plantearse problema alguno ya económico, social o cultural en el cual no figure con preponderancia de primera línea. Por un lado vemos acusarse los aspectos negativos de este trasplante, pero al mismo tiempo queda lugar para la formulación de los positivos; el tiempo establecerá la síntesis justa de esta dicotomía que ahora sólo registramos como una realidad presente y de la cual vemos un solo lado de su cara. La fractura con relación a una homogeneidad cultural es evidente, y ésta solo podrá ser subsanada por un desarrollo armónico de su estructura económica alrededor de la cual giran las superestructuras cultural, política, religiosa, etc., de similar importancia.

Cualquiera sea la época o el tipo de sociedad en que vive, el hombre asume las características de estar insertado en una cultura, y a cada una de estas culturas corresponde una forma de producción determinada por medio de la cual los hombres entran a establecer distintas formas de relación, conjuntos de creencias, instituciones, principios éticos, ideológicos y representaciones estéticas.

Si estas formas de relaciones son armoniosas, pueden conseguirse el máximo de posibilidades, de no serlas, el hombre se desfigura al no tener el «hábitat» cultural que le corresponde.

Resulta claro entonces que en la formación de lo argentino ha faltado el aprendizaje, el conocimiento y el apoderamiento de lo propio. A partir de aquí se vuelve a esperar todo de afuera.

Hay entonces factores esenciales que enmarcan con clara evidencia los aspectos más importantes entre los cuales se ha desarrollado la provincia, los problemas de ésta son el reflejo de lo que sucede en el resto de las otras, y su vida económica y cultural estará delineada por la configuración dada al país. Aparte de los puntos expuestos más arriba que gravitan en un sentido histórico, señalaremos estos otros tres como características fundamentales de los tiempos presentes y que no serán abordados aquí, para no escapar al carácter de introducción general que tiene el presente trabajo, ellos son: a) La incomunicación, b) Centralismo de la economía y la cultura y c) Escaso desarrollo económico.6

Los últimos cien años, objeto principal de nuestras investigaciones, señalan cambios de transformación en ciertos aspectos de la estructura económica de nuestro territorio, aunque no al nivel de un desenvolvimiento armónico. Subsiste en lo fundamental, la inercia y el atraso. La radio, la prensa y la televisión con gran desarrollo en lo que va de los últimos treinta años, ha permitido sin duda mayores y mejores contactos de información, por otra parte, la comunicación «física» del o hacia el resto del país, sigue siendo cada vez más costosa, se recibe pero no se da, la vida se desintegra de la comunidad, no hay sociabilidad colectiva sino conglomerados separados.

Frente a esta situación que centraliza todos los aspectos de la vida y los recursos, es fácil constatar el ahogo de la vida cultural en el interior, Buenos Aires absorbe sus mejores hombres, los dispuestos a «triunfar» en un medio que ofrece mayores posibilidades y las provincias ven entonces como, poco a poco, merman sus valores humanos y se diluyen sus mejores iniciativas y empresas culturales.

En consecuencia, sólo podrá esperarse una nueva valorización cultural cuando se establezca un ordenamiento armónico de la sociedad y de la vida del hombre, el hombre como elemento trasmisor de vida y creador de nuevas formas, las no dadas por la naturaleza.

Se trata entonces y en síntesis de aprovechar todo lo realizado hasta ahora, y colocarlo en las mejores condiciones para la utilización total y cabal de sus fuerzas creadoras.

Desde 1876 hasta 1915 dentro del panorama de las artes plásticas, se podrá constatar la presencia de una amplia laguna, por cuanto en este tiempo y aun remontándose mucho más allá, se pierde todo tipo de información al respecto. Lo mismo sucede a partir de la conquista, muy pocos pintores firmaban sus trabajos, se les daba carácter artesanal y se les consideraba entonces como un medio de vida; se les tiene que ubicar muchas veces como derivando de tal o cual escuela o por su estilo, y éste, más por su época que por la personalidad de sus autores.

Esperemos que el tiempo y búsquedas sistemáticas permitan cubrir esta etapa.

Es muy posible que este trabajo adolezca de algunas omisiones, motivadas por falta de información, muy frecuentes en casos como el presente donde la tarea de investigación es realizada por primera vez; otros vendrán posteriormente, quiénes, munidos de mayores posibilidades, completen y superen lo efectuado hasta ahora.

Tampoco penetraremos en el aspecto de la crítica personal, esto corresponde a otro tipo de trabajo, nos limitaremos, establecidas las bases esenciales, a ubicar cronológicamente organismos oficiales, instituciones y artistas que gravitaron como focos de expansión cultural, siendo también motivo de estudio todo aquello que tuvo o tiene una influencia en el medio, desde 1876 hasta el presente.

(continúa en la próxima sección)

NOTAS

(*) Presentación realizada por el escritor Néstor Groppa, director del Suplemento Dominical de Cultura del Diario Pregón.

(**) Para más información, ver Otras referencias.

1. Hermógenes Cayo, último imaginero, músico y pintor, falleció en el año 1967 en Miraflores de La Candelaria, cerca de Abra Pampa.

2. En el censo levantado en 1779 por orden del ministro del Rey Carlos III, D. José de Calvez, la población de la ciudad de Jujuy resultó ser de 2012 habitantes. En el censo que se levantó en 1825, por disposición del gobierno del Gral. Arenales y su ministro D. Teodoro Sánchez de Bustamante la población de la ciudad «pueblo y carteles» dio un total de 1667 habitantes, lo que demuestra la devastación causada por la guerra de la independencia. (Papeles del archivo de la provincia). En 1839, la población de Jujuy se componía de 24.252 habitantes.

3. Debemos consignar que para entonces ya estaba fundada la Universidad de Córdoba por el Padre Diego de Torres en el año 1614; el colegio de San Ignacio en 1623 y el Real Colegio de San Carlos en 1783. Estos dos últimos, obra del Virrey Cisneros cumpliendo directivas de Carlos III.

4. A fines del año 1907 recién queda habilitado el tramo del Ferrocarril a La Quiaca, que nos une con Bolivia.

5. Ver Iglesias de Juli, Puno, Pomata (Perú), San Lorenzo en Potosí y Yarvicolla en Oruro (Bolivia), Arequipa, etc. como pequeñísima referencia de tantos ejemplos dejados por el arte mestizo.

6. Hasta fines del siglo pasado, la paja, el adobe y la teja componían los elementos esenciales de la construcción en la ciudad de Jujuy.

Otras referencias

Texto original en https://es.scribd.com/document/670839864/Las-Artes-Plasticas-Jujenas-1876-1967-Pregon-1985