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Tener identidad te hace única.

Escuela Nº 332 de Jujuy «Los Niños Pintores de Chucalezna«

Chucalezna, 6 de diciembre de 2021

En 2018, luego de investigar sobre la historia de la Escuela Nº 332 de la localidad de Chucalezna –en Humahuaca, Jujuy–, la comunidad educativa local se puso de acuerdo para que llevara un nombre que le otorgara identidad: «Los Niños Pintores de Chucalezna«. El nombre elegido homenajea a aquellos alumnos y alumnas de la escuela, que con su impronta hicieron camino en el mundo de la expresión y del arte, llegando a trascender la tierra que los vio crecer.

Afiche realizado por docentes de la Escuela Nº 332 «Los Niños Pintores de Chucalezna» con motivo del Acto de imposición del nombre.

La docente y directora que llevó adelante la propuesta, Reimunda Lucrecia González, explica que «el nombre está respaldado por una historia a la cual quisimos darle valor puesto que es importante para la Comunidad de Chucalezna, siendo necesario rescatar y dar a conocer al mundo la historia de los Niños Pintores de Chucalezna –los niños, que existieron y que existen–«. (1) Y así, en agosto de 2019, tras numerosos trámites ante el Ministerio de Educación de Jujuy, se promulgó la resolución Nº 13.115 a través de la cual se aprobaba la elección de ese particular nombre para la Escuela. (2)

Un cartel con lema del acto de imposición del nombre de la Escuela Nº 332 de Chucalezna dio la bienvenida a todos los invitados (foto: @silvinadiazmuseóloga)

Para el acto de imposición del nombre de la Escuela Nº 332 de Chucalezna, su directora y docentes acuñaron como lema «Tener identidad te hace única«, para aludir al hecho de que a través del nombre se está rescatando y comunicando su historia, dándole el valor patrimonial histórico y cultural que se merece dentro de la Comunidad de Chucalezna, en Humahuaca. Así se suma de manera explícita al de la Quebrada de Humahuaca como «Patrimonio de la Humanidad» y al de la provincia de Jujuy.

Una escuela rural, una historia real

Inaugurada en 1931 como una escuela dependiente del Consejo Nacional de Educación, fue designada como la Nacional Nº 112. Hacia 1958, el humilde edificio escolar construido en adobe, con techos de madera de cardón torteados con barro y paja, se encontraba en «la Banda» de Chucalezna (que es como se denomina popularmente a la margen Este del río Grande). Hacia 1968, la escuela fue trasladada a un predio situado un poco más al norte y del otro lado del río Grande. Finalmente, a mediados de los años 70, la familia Apaza donó un terreno con el fin de que allí se alzara de manera definitiva la Escuela de Chucalezna. En 1978, se promulgó el decreto ley Nº 21.809, que ordenaba transferir los establecimiento de enseñanza dependientes del Consejo Nacional de Educación a la provincias. De esta manera la escuela pasó a la provincia de Jujuy, nominándose bajo el número 332.

En 1977, mientras aun era escuela nacional, un moderno edificio fue construído y donado por Ford S.A. En ese entonces, la iniciativa de la empresa y de sus concesionarios respondía a un programa innovador de construcción de escuelas rurales iniciado en 1968, que perseguía tres objetivos esenciales como proveer de agua potable, de energía eléctrica y con un diseño de muy bajo mantenimiento. Estos conceptos que hoy parecen ser básicos, se encontraban ausentes en un gran número de escuelas de nuestro país, especialmente las del interior profundo. En 2010, Ford volvió a la escuela, esta vez con el fin de realizar obras de remodelación y mantenimiento del edificio, reequipando y refuncionalizándolo con tecnologías amigables con el medioambiente, como por ejemplo la instalación de un calefón solar heat pipe importado (3) que permitió que las instalaciones escolares contaran con agua caliente. Esto se enmarcó en el programa “Educación para un nuevo mañana” que era un poco la continuación del primero. De esta manera, la escuela quedó apadrinada por Ford. (4)  

En 1958 llegó a Chucalezna la maestra Nicolasa Nelson de Mendoza para asumir como directora de la escuela. Traía la experiencia de haber ejercido su rol docente en escuelas del paraje Puerta Potrero y Puesto del Marqués, en Cochinoca, y Los Lapachos en el departamento de El Carmen. En 1959, Nicolasa impulsó un taller extracurricular de arte que, más adelante, fue conocido como el «Taller de los Niños Pintores de Chucalezna«. Como ya se contó en numerosas ocasiones en este Blog, los profesores Claudio Samos y Jorge Mendoza, hijo menor de la directora, ambos egresados de las Escuelas de Arte de Buenos Aires y recién llegados a Jujuy, comenzaron a dar clases de dibujo y pintura ad honorem al alumnado de la escuela. (6, 7, 8) Los niños y niñas que concurrían llegaban desde las inmediaciones aunque no por eso era menos sacrificado. Ya desde el otoño las condiciones climáticas en Humahuaca son sumamente crudas y en invierno el clima se poner peor. Algunos tenían que cruzar el río para llegar a la Escuela, mientras que otros se acercaban en burro o tenían que caminar un buen tramo, tal como se ve reflejado en el film que realizó el documentalista Jorge Prelorán (1968, 9). A pesar de estas dificultades, las actividades en el taller de pintura crecieron, sumando escultura y más adelante cerámica y telar. Así, los pequeños del lugar empezaron a expresar sus vivencias, su realidad a través del arte. Para más detalles ver «Niños Pintores de Chucalezna por Jorge Mendoza» (10).

Entre los años 1959 y 1973 pasaron por el aula de la Escuela Nº 112 –y por el Taller– muchos niños y niñas pero cerca de setenta nombres fueron los que quedaron registrados en catálogos de muestras ofrecidas, en listas escolares (Ver entrada «Todos los Nombres…«) y en la tradición oral de los lugareños. Ellos cobraron su real dimensión en diciembre de 2021, cuando el reconocimiento llegó junto con el nombre elegido para la escuela.

El acto de imposición del nombre «Los Niños Pintores de Chucalezna» a la Escuela Nº 332 tuvo lugar el 6 de diciembre de 2021, coincidiendo –por esas casualidades– con la fecha del cumpleaños de la ex- directora Nicolasa. Fue una ceremonia protocolar a la cual asistieron altas funcionarias del área de Educación como la sra. Ministra, lic. María Teresa Bovi, la entonces secretaria de Gestión Educativa, Fabiola Recciutto y la responsable del área de Educación Artística, Paula Cardozo. También se contó con la presencia de la flamante Comisionada de Uquía, Gabriela Flores. Sin embargo, el corazón de la ceremonia fue la presencia de 15 de aquellos niños y niñas pintores –ahora ya mayores– o de sus familias, que participaron con la genuina alegría de volver a la Escuela y reencontrarse.

El acto tuvo repercusión en medios locales y nacionales, quizás por el significado que tiene esta historia para el patrimonio cultural de la localidad de Chucalezna, de la provincia y de nuestro país. (1, 11, 12, 13, 14) Por su parte, la ministra de Educación se comprometió con la Comunidad «para trabajar en el proyecto de un museo escuela y que el taller de Jorge Mendoza vuelva a funcionar para todos los niños«,(12) puesto que la escuela no cuenta con la enseñanza de artes plásticas en su currícula.

El acto en primera persona.

Nos tocó un día fresco pero con el sol de la Quebrada asomando entre nubes pomposas. Llegamos muy temprano pues gracias al apoyo de la profe Alicia Faltracco, íbamos a montar una pequeña muestra con obras pictóricas realizadas por los alumnos del taller de la época 1959-1973. La ceremonia se inició con la entrada de la bandera de ceremonias para luego entonar el himno nacional. La emoción de cantar el himno bajo el cielo de Chucalezna, en ese entorno natural monumental, rodeada de las frescas y enérgicas voces infantiles hizo que brotaran las lágrimas y que no cesaran de caer. Luego, junto a la ministra Bovi y, en representación de los Niños y Niñas Pintores, Lidia María Ríos, fuimos invitadas a acompañar a un alumno para izar la bandera nacional en el mástil central de la escuela.

Mientras sonaba Aurora la bandera se deslizó suavemente hacia arriba y a punto de alcanzar el tope, se empezó escuchar un murmullo creciente entre los presentes. Varios señalaban con sus dedos hacia el cielo. En ese momento observé que un ave de inmensas alas sobrevolaba con elegancia nuestro acto escolar y que después de dar dos vueltas por encima del mástil, se retiró. Algunos dijeron que era un cóndor, otros que se trataba de un águila. Fuera la especie que fuera, yo sentí que era la presencia de los altos espíritus que nos daban su bendición. Y por supuesto, brotaron más lágrimas.

Niños Pintores y la ministra Bovi durante el Acto (foto: prensa.jujuy.gob.ar, 5).

El acto continuó con palabras de la directora González, de la ministra Teresa Bovi. También tuve que dirigir unas palabras yo misma, como hija del profesor Mendoza y nieta de Nicolasa. Finalmente, con las sentidas historias y vivencias de los Niños y Niñas Pintores que se animaron a hablar, el acto tuvo un final emocionante.

Estudiantina. De pie, de izquierda a derecha: Lidia María Ríos, Miguel Martínez, Rosaura Liquín, Luis Chauque, Patricia Cruz, Andrea Garnica, Felipa Saiquita, Enrique Mamani y Zoilo Gaspar. Sentadas: Leonor Saiquita, la sra. Gladys -esposa de Miguel- y Bartola Garnica, esposa del Niño Pintor Roberto Martínez (foto: Diario El Tribuno de Jujuy, Ref. 6).

Luego de la «sesión de fotos«, nos dirigimos al edificio escolar para apreciar la muestra de obras montada gracias a la inestimable ayuda de la profe Faltracco y de la museóloga Silvina Díaz .

Los Niños y las Niñas aprovecharon para reunirse, departir y entonar una coplas como antaño. Cabe mencionar que la última reunión de Niños Pintores en la Escuela había tenido lugar en 2009, con motivo de cumplirse el 50º aniversario de la creación del Taller de pintura y en homenaje a mi padre.

El encuentro con los Niños y Niñas otrora alumnos de mi padre, estuvo colmado de emoción y de bendiciones. No hubo barbijos, por entonces obligatorios por los casos del virus COVID-19, que pudieran contener los besos y los abrazos ante el reconocimiento y el encuentro. Los nombres, sus nombres, que tanto había repasado en listas y que en mi mente se asociaban a creaciones pictóricas, comenzaron a descubrir sus rostros. Ahora esos nombres también tenían rostros. Y me manifestaban el cariño que le profesaban a mi padre así como me hicieron saber de la gran dedicación que mi padre tenía hacia ellos, hacia la tarea docente, hacia el Taller, hacia Chucalezna. Me contaron tantas anécdotas que se han ido fragmentando: que subían a aquel cerro, que salían a pintar en las noches de luna, que armaron una pequeña represa en el río grande para tener peces, que les enseñó a hacer unos pinceles que llamaban «sacachispas«, que hacían cerámicas con un torno enorme también construído por mi padre, que les daba los materiales para pintar pero también ropa que lograba de donaciones desde Buenos Aires… En todas destacaban la bondad, la generosidad de mi viejo y su don de gente. Incluso, pude enterarme de que varios de los Niños y Niñas eran ahijados de mi padre o de Nicolasa. Ese día, recibí una masiva e inesperada cantidad de cariño. Una avalancha. Esa mañana comprendí que esa ola de amor no era otra cosa que un círculo virtuoso que mi padre había iniciado 60 años atrás y ahora me abrazaba a través de esos Niños y Niñas que destilaban cariño y respeto. Y yo comencé a sanar una herida que me había acompañado por 50 años.

No quiero dejar de mencionar a Félix B. Saiquita, Luisa D. Saiquita, Victoria Quintanilla y Eugenio Vilca, que no nos pudieron acompañar en la ceremonia por encontrarse viviendo lejos, por razones laborales o de salud. También quiero homenajear a Juan Humberto Aracena y a Roberto Martínez, en nombre de todos los Niños y Niñas que ya no están en este plano físico, pero que confío pudieron recibir este inmenso reconocimiento in memoriam.

En Chucalezna, el arte está en el aire

Quien visite Chucalezna y la recorra palmo a palmo, impregnará las células con su aire puro y las retinas con su paisaje. Ahora, además, se podrá llevar esta bella historia que la Comunidad ha puesto en valor; la de la Escuela de los Niños y Niñas Pintores: los legendarios que crecieron y abrieron el camino para desarrollar su arte allí y los que hoy en día, con el esfuerzo de la comunidad educativa, continúan con la tradición de dibujar y pintar.

© veromendo

La antigua Escuela de Chucalezna en la Banda, en la mirada de la Niña Pintora Andrea Garnica (témpera, 96 x 71 cm). Esta obra se encuentra expuesta en el Museo Municipal de Bellas Artes de San Salvador de Jujuy (ref. 15)

Final de acto. Acompañando a la direc. R. Lucrecia González. A su izq.: mga. Silvina Díaz y veromendo. A su derecha: la Niña Pintora Rosaura Liquín y la profe Alicia Faltracco.

Agradecimientos

  • A Reimunda Lucrecia González, directora de la Escuela Nº 332 «Los Niños Pintores de Chucalezna«.
  • A la profe Alicia Faltracco.
  • A la mga. Silvina A. Díaz.
  • A la Comunidad de Chucalezna.

Referencias

Más sobre Chucalezna, su escuela y su arte en:

Destacado

Museo Municipal de Bellas Artes “Profesor Jorge A. Mendoza”: su historia.

En San Salvador de Jujuy, el Museo Municipal de Bellas Artes lleva el nombre de mi padre. Detrás de esa decisión hubo una historia que merece ser contada.

Las fotos y cuadros que verás aquí son preciosos, si decidís usarlas por favor mencioná sus autores. Si no figura un claro autor mencioná al Taller de Niños pintores de Chucalezna (Jujuy, 1959) o a este blog. GRACIAS.

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Los Niños Pintores de Chucalezna

Taller en plena acción Lorenzo Kelly 1959
Taller de Niños Pintores de Chucalezna, año 1962 (Foto: Lorenzo Kelly).

En 1959, Chucalezna era apenas un paraje con pocas casas de adobe diseminadas entre montañas de vibrantes colores, en la Quebrada de Humahuaca. Allí funcionaba la Escuela Nacional 112, cuya directora y maestra era  Nicolasa Nelson de Mendoza, mi abuela. A través de los años, Doña Nicolasa fue notando que sus alumnos, todos de familias muy humildes, tenían un don para la pintura, mediante el cual expresaban sus vivencias. Y compartió esta observación con su hijo, Jorge Mendoza quien, en ese entonces, trabajaba como profesor de artes plásticas en San Salvador de Jujuy. Así mi padre se entusiasmó con una idea que puso enseguida en práctica con su amigo y colega Claudio Samos: desarrollar un taller libre que les brindara a los niños del lugar la posibilidad de pintar.

Dado que los alumnos de la escuela además debían ayudar en las tareas del hogar, cuidar de sus hermanos pequeños o participar activamente en el trabajo familiar, el taller comenzó a funcionar solo los viernes después de clases y los sábados. Era entonces, cuando Jorge y Claudio se acercaban desde San Salvador y San Pedro para orientarlos en los primeros fundamentos de la pintura. Pero, principalmente, eran quienes les proveían los materiales para pintar que, por mucho tiempo, compraron ellos mismos. Más adelante, cuando en 1963 Samos se trasladó a la provincia de La Rioja por temas de salud, mi padre quedó él solo a cargo del Taller.

Taller en los '70 chucaleznawordpress
El Taller de Chucalezna a principio de los ’70 (Foto: Jorge A. Mendoza).

Recién en 1970 y tras interminables trámites, el Taller fue oficializado por las autoridades educativas y mi padre, nombrado como su Director y profesor de pintura. Lo acompañaron don Takashi Takahashi (高橋さん) como profesor de Cerámica y el joven ex-alumno Germán Machaca, como ordenanza. La inesperada muerte de mi padre en 1973 no impidió, sin embargo, que el Taller siguiera funcionando, aunque ahora bajo la dirección del profesor Takahashi. Con el tiempo, la afluencia de alumnos se fue reduciendo y en 1985 el Taller de los Niños Pintores de Chucalezna fue cerrado y su personal derivado a escuelas de Humahuaca y Uquía.

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Las pinturas de Chucalezna

En 1986, mi abuela –ya jubilada– se radicó en San Salvador de Jujuy. Al poco tiempo, supo que el municipio crearía un Museo de Bellas Artes. ¿Qué mejor lugar, entonces, para donar la veintena de obras de los Niños Pintores de Chucalezna que había resguardado durante años? Pero tenía una condición: que la sala en la que fueran expuestas llevara el nombre de su hijo, mi padre, Jorge A. Mendoza.

Así fue que el 4 de junio de 1986, mediante el Decreto Nº 686, la intendencia encabezada por David Jorge Casas aceptó la donación. Y como los trabajos necesitaban cierta restauración (algunos habían estado guardados por más de diez años), esta labor quedó a cargo del reconocido artista Raúl Chirimonti.
La entrega de las obras de los Niños Pintores de Chucalezna se efectivizó el 18 de agosto de 1986, en un acto que tuvo lugar en el Salón de la Unión de Empresarios de Jujuy. Y, sorprendentemente, fue allí cuando el Intendente Casas anunció que el Museo Municipal de Bellas Artes de San Salvador de Jujuy, llevaría el nombre de Jorge A. Mendoza, al considerar esta decisión como “un justo reconocimiento y homenaje póstumo que el profesor Mendoza merece de las autoridades y pueblo de Jujuy”.

Donacion1 chucalezna-wordpress-com
Donación de las obras de los Niños Pintores de Chucalezna. En el centro el Intendente David Casas. A su izquierda: Nicolasa Nelson, la Prof. Delia Gómez Rubio, gran amiga de mi padre y Rolando Mendoza, hermano de Jorge (1986, colección Verónica Mendoza).

Las obras donadas al Museo fueron veinte, todas realizadas en témpera o tinta témpera. Desafortunadamente, el nombre de varios de los autores no pudo ser datado debido a que esa información se fue perdiendo en el tiempo.

Mi escuela - Andrea Garnica chucalezna-wordpress-com
«Mi escuela» por Andrea Garnica (témpera, 96 x 71 cm).

1- «Cerros norteños» (60 x 45 cm), por Lidia M. Ríos (11 años).
2- «Cochinoca» (108 x 79 cm)
3- Paisaje (105 x 69 cm)
4- Paisaje (110 x 70 cm)
5- Montañas (109 x 74 cm) por Zoilo Gaspar.
6- Paisaje (99 x 63 cm)
7- «Cochinoca» (105 x 69 cm) por Cástulo Vilte.

Cochinoca Cástulo Vilte chucalezna-wordpress-com
Cochinoca por Cástulo Vilte (témpera, 105 x 69 cm).

8- «Rumi Cruz» (Abra Pampa) (103 x 67 cm)
9- «Noche de luna» (110 x 73 cm) por Miguel Martínez.
10- «Mi escuela» (96 x 71 cm) por Andrea Garnica (13 años).
11- «Coquena» (157 x 93 cm)
12- «Yacoraite» (100 x 64 cm)
13- «Punta Corral» (98 x 63 cm)
14- «Burritos salineros» (158 x 97 cm)
15- «Ruta 9» (138 x 96 cm) por Roberto Martínez (14 años).
16- «La víbora» (110 x 74 cm) por María Chorolque (15 años).
17- «Paisaje» (101 x 65 cm)

La víbora María Chorolque chucalezna-wordpress-com
«La víbora» por Marcos Chorolque (témpera, 110 x 74 cm).

18- «Paisaje» (105 x 68 cm)
19- «Paisaje» (105 x 69 cm)
20- «La quinta de Don Aparicio» (105 x 78 cm)

Según lo detallado en el acta de donación y aceptación de cargo, estas obras “constituyen un conjunto unificado que por ningún motivo podrá dejar de exponerse en el Museo Municipal de Bellas Artes (…) Profesor Jorge A. Mendoza, ni cederse parcialmente o totalmente a otra entidad u organismo oficial o particular, constituyendo esta condición un cargo de la donación que deberán cumplir los funcionarios que en adelante se desempeñen en los cargos de Intendente Municipal y Secretario de Cultura o el funcionario que reemplace en competencia dicho cargo.Además, quedó explicitado que si se incumpliera con los requisitos planteados en esta donación, la misma quedará automáticamente revocada, es decir de pleno derecho, sin necesidad de interpelación judicial o extrajudicial alguna, pudiendo retirar la colección del lugar que se encuentre, en forma total o parcial, hasta recuperar la totalidad de los cuadros que integran dicha colección.” Asimismo, los funcionarios firmantes se comprometieron a “velar por su conservación, mantenimiento y exposición permanente en el Museo Municipal de Bellas Artes (…), cualquiera sea el lugar donde éste funcione en el futuro”. El acta se firmó ante escribano público unos momentos previos al acto de inauguración del Museo. El Intendente Municipal de San Salvador de Jujuy, David J. Casas y el Secretario de Cultura, Jorge D. Calvetti, firmaron en representación de la Municipalidad.

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«Noche de luna» por Miguel Martínez (témpera, 110 x 73 cm).
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«Ruta 9» por Roberto Martínez (témpera, 138 x 96 cm).

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Los destinos del museo

La inauguración oficial del Museo tuvo lugar casi un año después, el 25 de julio de 1987, en el edificio de calle Güemes 956. Allí estuve junto a mi abuela Nicolasa y mi madre, Ofelia Bertolotto. Como adolescente que recién había cumplido quince años, me recuerdo muy emocionada, aunque algo abstraída de lo que significaba el acto en sí. Creo que lo más importante para mí, fue sentir el reconocimiento hacia mi padre por parte de la comunidad. No sólo como una figura pública, por lo que él brindó sino, sobre todo, por escucharlos referirse a él como “una gran persona”, halagando su personalidad, sus valores. Más allá de que todos los que lo habían conocido, no dejaron de reconocer nuestro parecido físico.

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Con mi abuela Nicolasa y mi madre durante la inauguración del Museo. En el fondo el trabajo «Burritos salineros«, que pertenece a la colección de obras donadas (1987)

Un lugar para esta historia

Puesto que siempre se alojó en propiedades alquiladas por la Municipalidad, el Museo fue cambiando de sede con los sucesivos cambios de gestión. Inclusive, por un período durante la década del 2000 el Museo no contó con un espacio físico para funcionar, por lo que las obras permanecieron expuestas (aunque no todas) en un salón de actos del propio edificio de la Municipalidad de Jujuy.
Desde 2003, el Museo Municipal de Bellas Artes “Profesor Jorge A. Mendoza forma parte del Centro Cultural “Dr. Manuel Belgrano, en la “Vieja Estación” del Ferrocarril Belgrano y las obras de los Niños Pintores de Chucalezna se exponen en una de sus salas. En las salas denominadas «Carolina Álvarez Prado» y «Nicasio Fernández Mar» se exponen obras de estos reconocidos artistas, que también fueron donadas y forman parte del acervo municipal.

El museo está ubicado en Av. Urquiza 410, San Salvador de Jujuy y su teléfono es: (+54) 388- 4020149.

***© veromendo

Jorge Mendoza e hija, en el entorno de obras de arte de los Niños Pintores de Chucalezna, en el Museo actual (2012, Alberto Ronzoni).
Edificio de la «Vieja Estación» ferroviaria donde funciona el Museo «Jorge A. Mendoza« (veromendo).

Fotos y agradecimientos

Las fotos de los trabajos de los Niños Pintores de Chucalezna fueron tomadas por la profesora Ofelia Bertolotto. Digitalización, veromendo.

Agradezco a Alberto Ronzoni por su edición paciente y afectuosa.

 Links relacionados:

Niños de Chucalezna en la Primera Bienal de Arte Infantil de Avellaneda  en https://chucalezna.wordpress.com/2016/05/11/en-la-primera-bienal-de-arte-infantil-pesaron-los-pequenos-de-chucalezna-1972/

Niños Pintores de Chucalezna en Selecciones Folklóricas (1966, nº 13): https://chucalezna.wordpress.com/2014/06/09/ninos-pintores-de-chucalezna-en-selecciones-folkloricas-no-13-1966/

Pensando en Chucalezna, pensando en Jorge Mendoza en: https://chucalezna.wordpress.com/2013/07/16/pensando-en-chucalezna-pensando-en-jorge-mendoza/

 Por favor, en caso de tomar información de esta página, tenga a bien citar la fuente original, nombre de los niños o niñas autores de las obras y toda información relevante. Esta información se publica para hacer una difusión sincera y sin fines de lucro, del patrimonio cultural de Jujuy. Gracias.   V.M.

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English abstract

Jorge Augusto Mendoza, my father, was an art, painting and sculpture professor who created and directed the novel Chucalezna’s painting workshop (known as Taller de Chucalezna) during the ’60. Chucalezna was a humble spot placed in the middle of the Quebrada de Humahuaca, surrounded by a unique landscape. Children all over the place attended his lessons, creating marvellous paintings and small sculptures which were considered pieces of art. Professor Mendoza prematurely died in 1973, while he was making efforts to expand his initiative in other cultural areas, with the aim of bringing together the local inhabitants and developing a source of income for the community as well. Taller de Chucalezna continued under the direction of japanese professor Takashi Takahashi, 高橋さん, who formerly contributed by teaching in the area of ceramic crafts.
In 1987, when Jujuy’s Museum of Art was created, Nicolasa Nelson, professor Mendoza’s mother, donated twenty of the paintings performed by the former students of the Taller de Chucalezna, under his direction.
The donation was made on condition that the paintings were kept together as a single collection and permanently exhibited. The museum was named «Jorge A. Mendoza», as tribute to his contribution to the cultural development of Jujuy province.
Nowadays the “Jorge A. Mendoza” Art Museum is placed at the former FCGB railway station, taking part of the Centro Cultural Manuel Belgrano (410 Urquiza street) and it opens from 8 am to 1pm and from 3pm to 7pm daily, except weekends and public holidays (information updated to 2016-02). I regret to inform that the Museum did not show an indicative sign of its time schedule. You can ask for information at (+54) 388- 4020149.
Take your chance and visit the Museum and enjoy the most wonderful collection of naïve paintings made by children of Chucalezna (Quebrada de Humahuaca), and other distinctive local artists as well.

                                                                                                                                        (c) veromendo

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日本語で

フフイ の美術館の名前は「メンドサž•žžžホルヘ」。メンドサ·ホルヘは私の父でした。

1969年頃,前述した メンドーサ•ホルヘの母 親がフフイ 市の北約百キロ (標高 約3000 メートル) の所に位置する チュカレスサ という,ボリビア へ 通じる 国道 9 号線治いの小さな部落に小学校を造り,息子の ホルヘ はその 学校から国道を隔てた向かいに周辺の子供たちが民芸を学べる学校を造った。

日本語の Reference: アルビンチン日本人移民史。 第二巻 戦後編。Historia del Inmigrante Japonés en la Argentina. Tomo II – Período de Posguerra. Versión en japonés. Federación de Asociaciones Nikkei en la Argentina (F.A.N.A), Buenos Aires, 2006. 日本文化 日本語孝育,第二世代の成長。 第5章, 第1節  日本文化 普及。374-375ページ。Capítulo 5: Cultura japonesa, educación en japonés, crecimiento de la segunda generación. Sección 1: Difusión de la cultura japonesa, pag. 374-375.

Pensando en Chucalezna, pensando en Jorge Mendoza…

A fines de los años ’50 se respiraba un aire vanguardista en Buenos Aires. Surgido de las Escuelas de Arte de Buenos Aires, un grupo de jóvenes profesores, pintores y escultores, decide migrar hacia tierras jujeñas, en búsqueda de la libertad en sus paisajes y de nuevas experiencias pedagógicas. Son Mario Crulcich, Juan Carlos García Palou, Jorge Mendoza, Claudio Samos, Julio Racioppi y Aníbal Rodríguez. Cuatro de ellos —Samos, Racioppi, Rodríguez y Mendoza— conforman el autodenominado “Grupo AUSTRAL”. En esa tierra nueva, transitan por experiencias desafiantes que los cambiarán para siempre. Ellos, a su vez, en su entrega, realizarán aportes de excepcional valor a la cultura de la provincia.

Claudio Samos y Jorge Mendoza, además de compartir su fascinación por la pesca y su abnegación por la docencia, empiezan a hacer crecer una experiencia en la localidad de Chucalezna amparados por la precaria estructura de la escuela rural de la zona donde Nicolasa Nelson, madre de Jorge, era directora. En ese lugar de paisaje único en la Quebrada de Humahuaca, custodiados por el mítico cerro Yacoraite (o Pollera) comienzan a darle entidad a un taller de artes plásticas qué más tarde será reconocido como el Taller de los Niños Pintores de Chucalezna. Unos años después, Samos toma rumbo hacia otras experiencias. El Taller continúa enteramente bajo la dirección del profesor Jorge Mendoza incorporando, con gran identidad, otros rubros como por ejemplo telar y cerámica, esta última bajo las excepcionales directivas de Don Takashi Takahashi (高橋さん).

En 1973, la muerte encontró a Jorge en un momento clave del Taller. El mismo se encontraba en pleno crecimiento, con vistas a dar un salto que aunara a la comunidad en torno de las actividades artísticas, integrando pintura, alfarería, telares y que en su sello llevara la esencia de este lugar único: CHUCALEZNA.

Crecí oyendo hablar de “Chucalezna”, de la devoción de mi padre hacia ese lugar, de la historia del «Taller mágico«. Contemplé sus cuadros y obras de cerámica. Mi madre me inculcó la necesidad de saber que tenían valor y que era necesario custodiarlas, preservarlas…

Hoy, el Museo Municipal de Bellas Artes “Prof. Jorge A. Mendoza”, en la ciudad de San Salvador de Jujuy, expone en una de sus salas una veintena de cuadros que fueron producto de aquella experiencia, pero es necesario “liberar” la historia, contar sus detalles, homenajear a sus actores…y ése es uno de los objetivos de este Blog.

(c) veromendo

Taller en plena acción chucaleznawordpress
El Taller de Chucalezna en sus inicios. Foto: Lorenzo Kelly. Colección: Jorge A. Mendoza.
Taller en los '70 chucaleznawordpress
El Taller de Chucalezna en los ’70, donde se pueden apreciar obras en témpera de importantes dimensiones, cerámicas y trabajos en piedra caliza. Foto: Jorge A. Mendoza. Digitalización: veromendo
Sala del Museo de Bellas Artes «Profesor Jorge A. Mendoza» de San Salvador de Jujuy, donde se exhiben 16 trabajos realizados en el Taller de Chucalezna bajo la dirección del propio Profesor. (Foto: ARonzoni; diciembre de 2012, Noche de los Museos en Jujuy).

Referencias

Más sobre el profe Mendoza

*En caso de tomar información de esta página, tenga a bien citar la fuente original, nombre de los niños autores de las obras y toda información relevante relacionada. Debe tenerse en consideración la verdadera importancia que tiene el patrimonio cultural y que esta información debe utilizarse para hacer una sincera difusión, sin fines de lucro.*

Gracias.   @veromendo

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